El apellido De Nigris no es solo un nombre, es una herencia futbolística que ha marcado la historia del fútbol mexicano. Éstá marcada por las raices de su tío Antonio De Nigris, quien debutó con la selección nacional en 2001 y se convirtió en ídolo goleador de Rayados, y la de su padre, Aldo De Nigris, quien también vistió la camiseta tricolor y conquistó la Copa Oro 2011. Esta es la historia que marca el talante de la nueva generación del fútbol manito: Aldo Patricio De Nigris, el 9 con sello de gol en México.Con olfato goleador desarrollado y presencia física que lo ayuda a imponerse en el área, Aldo se ha convertido en el '9' del equipo. En las Clasificatorias Masculinas Sub-17 de la Concacaf celebró cuatro anotaciones y alargó una racha que ahora registra 11 tantos en los últimos compromisos oficiales y amistosos desde diciembre.
El buen momento se extendió desde su última campaña con Rayados, cuando se convirtió en el campeón de goleo con 12 anotaciones en 15 partidos disputados en el torneo Sub-17. Hoy, mira al primer equipo con ilusión y se deja sorprender por los ejemplos de talento y esfuerzo, como Sergio Canales y Germán Berterame: “Nos ayuda mucho a los canteranos tener grandes jugadores en tu posición, que puedes ver de más cerca y cuando me ha tocado ver entrenamientos del primer equipo o estar cerca viendo los partidos, agarro muchas cosas de cada uno”.
En su proceso de formación también se inspira en Erling Haaland y en la Selección admira a Santiago Giménez, quien ya vive el sueño del fútbol europeo. Una meta que está en su lista, pero no se apresura: "Siempre trabajo con humildad y disciplina para ir paso a paso a donde quiero llegar". Lo primero es el debut en primera división con el equipo al que ha estado ligado desde la infancia.
El sello de gol
La historia de los De Nigris comenzó con Antonio, su tío, quien debutó con la camiseta nacional en 2001, durante un partido ante Brasil en el que además marcó. A lo largo de su carrera como seleccionado disputó 16 partidos y anotó cuatro goles. “Tano” se volvió ídolo goleador en Rayados y pasó por varios clubes en México y Europa, su última etapa fue en Grecia con el AE Larisa. Y siguió con Aldo, su papá, que se presentó con el Tricolor en 2010, jugó 28 partidos, marcó nueve goles y conquistó la Copa Oro 2011. También brilló con Monterrey, ganó dos títulos de la liga local y tres de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Dos delanteros con trayectoria y un aspirante a romper redes. Sin embargo, Aldo Patricio ya tomó vuelo y está trazando su propia ruta, una motivada por un profundo amor al juego: “Desde chiquito lo tenía bien claro, siempre me gustó mucho el fútbol, siempre lo hice por mí mismo y con muchas ganas de querer ser lo que ahora soy y lo que viene en un futuro”.El primer llamado llegó a finales del 2021: “Me lo dijeron mis papás y fue algo muy bonito, un sueño hecho realidad, por el que trabajas cada día”. Ahora es parte de un equipo encaminado a la Copa Mundial y al cuestionarlo sobre la principal fortaleza para enfrentar a los contendientes, Aldo no duda: “El ataque. Todos los jugadores que tenemos son muy buenos técnicamente y eso se nota mucho en la cancha”.
México obtuvo el boleto en el último partido de las Clasificatorias de la Concacaf luego de una reñida disputa con Nicaragua por el liderato del Grupo C. Ambas selecciones llegaron a la cancha con nueve puntos, resultado de victorias sobre Dominica, Belice y Barbados, y tras un empate con marcador de 2-2, la diferencia de goles (17-10) definió el pase.
El reto será mayor en Catar y esta generación conoce lo que han logrado sus antecesores en el torneo: “Sabemos que se puede hacer historia en esta categoría”.
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