Fue el primero en enlistar la 'artillerìa' pesada en Londres. La inspiración de oro en los Juegos Panamericanos de Lima marcaban su ruta en la élite mundial. No daba nada por hecho, pero si confiaba en su talante santandereano, el que lo había llevado ser de los mejores de la natación paralìmpica. El colombiano Carlos Serrano se preparaba para conquistar la historia en tierras inglesas.
Los 100 metros pecho en el SB7 del Mundial de Paranatación era el reto a cumplir. Con un metro y 45 centímetros de estatura estaba dispuesto a dejar su patria en los más alto. Llegó la hora. Con la fortaleza de un gladiador y la habilidad de un delfín navegó la prueba en 1:11:31. Un récord mundial para Carlos y su historia.
No creyó en nadie. Mientras los comentaristas relataban lo sucedido. Carlos asemejaba ser un torpedo en el agua. No dio ventaja a sus rivales: Egor Definiros de Rusia y al australiano Blake Cochrane.
El canto de victoria no se hizo esperar. El desahogo de aquellos recuerdos que lleva a cuestas desde su infancia cuando su destino marcó que la Acondroplasia lo acompañaría de por vida. "Esa es mi condición, mi apelativo; el trastorno que genera el tipo más común de enanismo. Esa es la pesada cruz que me ha tocado cargar. ¿Por qué a mí? La pregunta que me hice siempre", relató al semanario El Espectador. A pesar de sopesar memorias adversas por su condición. el bumangués siempre ha sonreído a la vida. En cada competencia, gane o pierda, da muestras de agradecimiento por hacer lo que siempre soñó, por seguir el camino que su madre le mostró en la infancia. Fue ella quien lo incitó a trasegar el mundo de la natación. La esencia de Carlos Daniel Serrano está en “disfrutar con felicidad lo que uno hace, estar entrenando, compitiendo por los colores de un país, eso a uno lo llena, pero al final se termina convirtiendo en una pasión”, dijo la leyenda al Comité Paralímpico Colombiano.
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