Carolina Munevar, leyenda del ciclismo paralímpico
- La 10co
- 21 jun 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 oct 2024

En Cucaita (Colombia), se forjó el sueño. A 2650 metros sobre el nivel del mar y rodeada por sembríos del altiplano cundiboyacense, se construyó la historia de Carolina Munevar, la leyenda del ciclismo paralímpico.
A sus 7 años inició la pasión que la llevó a recorrer con entereza las calles de su pueblo natal, así como lo hizo en el Mundial de ruta en Cascais, Portugal 2021, donde consiguió la medalla de oro en la contrareloj individual con un tiempo de 28:43 segundos.
En tierras lusas, la boyacense enfrentó un reto de alta complejidad. El control de cabra, el sprint y la cadencia fueron tres tempos que logró sincronizar. Era una prueba en 'circuito en un autodromo. Había que ser precavido pero arriesgar un poco en algunas curvas. Además, teníamos el factor viento'. contó Carolina Múnevar a La 10Co sobre la experiencia en el viejo continente.

El triunfo marcó la madurez en su carrera. Es una de las mejores en su disciplina. Sin embargo, tras estos hitos se esconden capítulos de vida que pusieron a prueba la leyenda de Carolina Munevar.
Sín límites
En 2014 el destino marcó un giro de tuerca. El mundo sobre dos ruedas se tornó en competencias de paraciclismo tras un accidente en el que perdió su pierna izquierda.
El panorama no era alentador. La fecha de regreso no estaba en el calendario.
No obstante, con el apoyo de su familia y colegas de vida, regresó a la pista. Con nuevos aires y un espíritu competitivo emprendió el camino del ciclismo sin límites.
En 2015, Carolina Munevar reapareció en las pistas de los Juegos Paranacionales en Motavita en Pruebas de contrarreloj y Ruta Fondo. Luego aterrizó en el Mundial de ruta en Nottwil, Suiza, y en los Panamericanos de Toronto.
Este impulso lo consiguió con el apoyo de su guía y maestro, José 'Chepe' Castro, el técnico de la Selección Colombia de paraciclismo, quien ha sido su bastión desde el inicio.
El talante de la leyenda boyacense le ha permitido afrontar retos que la han llevado al límite, como sucedió en los mundiales de Italia 2016, 2017 y 2018; carreras exigentes con terrenos de subida y bajada que marcaron su adrenalina a tope.
Gratitud

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