Fue en febrero de 2003. En el club El Nogal (Bogotá, Colombia). Yo estaba adentro cuando explotó la bomba. Tuve varias lesiones: ruptura de tibia y peroné de la pierna izquierda, ruptura del humero izquierdo, de un dedo de la mano izquierda y una cortada profunda por el lado interno de la rodilla del mismo costado. Fue el atentado de las FARC.
Dure cerca de dos meses sin caminar, cinco sin jugar squash.
La situación me motivo para salir adelante. Las ganas de poder volver hacer lo que me gustaba me inspiró, además del apoyo de leyendas colombianas del squash: la ‘Tata’ Castro, María Teresa Castro, ex número de squash en el país, me regaló una raqueta para que siguiera motivada y pudiera pelotear en la cama.
La inspiración de la ‘Tata’ Castro me llevo a luchar por la medalla de oro en Lima 2019.
Jugué al lado de Miguel Angel Rodríguez. La final fue ante México. Recuerdo que en el último punto, el mexicano botó la bola, hizo una baja y ganamos el partido. Sentí mucha felicidad, emoción, alivio de haber jugado bien y lograr esa medalla de oro, ya que fue la primera vez que en unos Juegos Panamericanos incluían la modalidad de dobles mixtos. Fuimos los primeros en ganarla. Fue mi primera medalla de oro en este torneo.
Estas historias me enseñaron a vivir el aquí, el ahora. Como la frase de la película Peaceful Warrior (El Camino del Guerrero): Where are you: here. What time is it: now. Who are you: this moment.
Ahora el sueño de oro es llegar a estar entre las jugadoras del top mundial.
Catalina Peláez - 28 años. Colombia. Leyenda del squash latinoamericano.
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