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Catalina Pérez, Edmonton 2015


Catalina Pèrez ataja un remate a ras de piso a la ofensiva de Estados Unidos en Canadá 2015. Foto: Getty Images

Más de 15.000 espectadores engalanaban la fiesta del gol en Edmonton, Canadá. Las gradas vestían de amarillo, azul y rojo, la contraparte, de azul y blanco. Colombia y Estados Unidos se jugaban el pase a cuartos de final, el partido soñado para Catalina Pérez, el anhelado debut en una Copa Mundial de la FIFA.

Catalina Pérez enfrenta a Ammy Wamback. Getty Images

En frente estaban Abby Wamback y Megan Rapinoe, dos leyendas del balompié femenino. Sin embargo, 'Cata', siempre sonriente, nunca denotó temor en su mirada, por el contrario, estaba inspirada a conquistar el camino del 'Golliat' de América. Once meses atrás una lesión de ligamentos en la rodilla marcó su destino, el que tenía un capítulo sorpresa en Canadá y nada menos que contra la potencial mundial del fútbol femenino, que desde el principio del juego fue cuesta arriba por la victoria. Catalina siempre respondió. Remates de media distancia, en el área de las 18. Con tan solo 19 años demostraba el talante de una experimentada en el arco.


Era la figura del juego. Arriesgaba el todo. En el inicio de la segunda etapa, Alex Morgan iba en solitario al arco tricolor pero la arquera colombiana salió a cortar el balón con entereza. Vio la roja, pero su nombre quedó en la historia del campo de Edmonton.

Colombia cayó 2-0. El resultado fue lo de menos. La experiencia fue la que marcó el camino de Catalina Pérez. Representar a su país ante las mejores del mundo. "Jugar en un Mundial ha sido mi sueño y motivación. Jugar contra los Estados Unidos también era un sueño. Era un partido que he jugado en mi cabeza muchas veces. Hoy pude complir dos sueños al lado de mi familia, amigos, compañeras, entrenadores, y la hinchada colombiana (...) Aunque no se dieron los reclutados que queríamos, luchamos hasta el final con el corazón. Estamos motivadas para entrenar aún más fuerte para lo que se viene. Mil gracias de todo corazón por sus mensajes, energía, y buenos deseos, los sentí dentro y fuera de la cancha". Con estas palabras, la jugadora tricolor rememoró aquella tarde del 22 de junio en Canadá, un momento inolvidable en el calendario.


Hoy el horizonte la encamina en Italia. En el sur, vestida de azul, defiende los colores del Napoli, su nueva casa. ¡Buona fortuna Cata!

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