"Dicen que por lo menos una vez en la vida todos los hombres asisten a un milagro, pero que la mayoría no se da cuenta. Yo sí. El mío ocurrió la tarde de un sábado de marzo de 1969 sobre el pasto mojado del Parque Saavedra cuando un pibe bajito, que me dijo que tenía ocho años —y yo no le creí—, hizo maravillas con la pelota. Cosas que yo nunca le había visto hacer a nadie. Hay una que no me la voy a olvidar jamás, porque cierro los ojos y la sigo viendo como si fuera ayer. ¿Ayer, dije? No, ayer no, como si la estuviera viendo ahora mismo. "Cuando a un jugador la pelota le viene de aire, lo que hace es bajarla con el pie y después la deja caer al suelo y ahí patea o toca. Eso es lo que hacen todos. Pero aquel pibe no, aquel pibe hizo otra cosa: la dominó con la zurda, en el aire y, sin dejarla tocar el piso, con el pie todavía en el aire, le volvió a pegar para hacerle un sombrerito a un rival y mandarse hacia el arco contrario. La jugada siguió pero yo me quedé mirándolo, mirándolo a él. "Es un enano", pensé. No podía tener ocho años, era seguro. Fue una pavada haber pensado eso. "La edad no tenía nada que ver con lo que ese pibe había hecho. Si era más grande o más chico no tenía ninguna importancia, porque esa jugada no tenía edad. Un jugador normal, incluso uno muy habilidoso, puede pasarse la vida sin poder hacerla aunque la ensaye una, dos, mil o un millón de veces. Para hacer una jugada así —y como la hizo él: con toda naturalidad, como si fuera la cosa más sencilla del mundo—, aquel pibe tenía que ser diferente, muy diferente de los demás. Y yo me di cuenta. Ahí mismo me di cuenta. Por eso puedo decir, sin ponerme colorado y sin temor de que me acusen de agrandado, que yo descubrí a Diego Armando Maradona, un milagro del fútbol. Y también mi milagro personal". / Francis Cornejo, el exentrenador que descubrió a Maradona / Libro Cebollita Maradona
Gregorio 'Goyo' Carrizo, amigo de infancia de 'El Pelusa' y uno de los mejores jugadores de las inferiores de Argentinos Juniors en la década de los 60's, fue quien comenzó está mágica historia. Con la inocencia de un niño de 8 años, decidió presentar a su gran amigo para lo que sería una tarde inolvidable: " "Profe, tengo un amigo que es mejor que yo. ¿Lo puedo traer la próxima semana?". Con esta frase nace la leyenda de todos los tiempos en Argentina: Diego Armando Maradona.
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Gabriel Batistuta, Mr. Fiore. El sueño de nueve argentino siempre fueron las redes y al arte del gol. 207 anotaciones con la camiseta de la 'Fiore' marcaron su historia, un legado que empezó en 1991 - 1992 con 13 tantos y terminó en el 2000 con 23.
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