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Jamie Joseph, proyecto Fuokoka


Getty Images

El legado de Jamie se remonta a la Copa del Mundo de 1999. En el corazón de Gales el flanker de origen neozelandés, representaba los colores del país nipón. Lideraba a los Brave Blossoms en su cuarto mundial de la historia. Ante Canadá fue el debut, capítulo que marcó e inspiró la conexión que 20 años después llevó a Japón al Olimpo del rugby. La experiencia y el conocimiento de la cultura fueron claves en el sueño de James Whitinui Joseph al mando de la Selección japonesa. Cinco años de inmersión en las tierras de campo de arroz, las tradiciones del Mochi a mano y el Dongo Yanki, hicieron del nacido en Blenheim (NZ) el líder ideal para llevar el rugby nacional a otro nivel. Con orgullo recuerda su primer paso en tierras asiáticas, fue en el Munakata Sanix Blues ( 宗像サニックスブルース ), equipo nacional de Fuokoka, y que por coincidencia, abrió sus puertas tan solo un año previo al arribo de Jamie -1995-.

 
 

Todos estos hechos motivaron en 2016 el retorno a su segunda casa. En manos estaba el gran reto de representar al país anfritión en el primer mundial que se jugaría en Asia. Así fue como el conocimiento que acogió de los mejores clubes en Nueva Zelanda, le permitieron forjar un equipo con carácter y talento; ágil y potente, un scrum de temer en el terreno. La historia continúa, y Japón 2019 tan solo fue el comienzo: "Tengo grandes expectativas para el rugby en Japón y estoy muy orgulloso de liderarlos para la siguiente Copa del Mundo -Francia 2023-". Jamie Joseph / Japan Times. .

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