En la cálida noche del 31 de julio de 2019, en el corazón del Estadio Morumbi, el cartagenero mostró en esencia propia el talante que ha conquistado las huestes del River Plate de Argentina. Como si se tratara de una vuelta de tuerca, ese día, minutos antes de saltar al campo, Marcelo Gallardo sopeso la confianza de estratega en el joven volante colombiano. Era el debut como inicialista con los de la 'banda' y nada menos que en los octavos de final de la Copa Libertadores ante el Cruzeiro de Brasil.
Era de no creer. Los nervios por un momento silenciaron y acallaron los sentimientos del número 18 de River. Fueron microsegundos de ansiedad que luego marcaron un juego de ensueño.
Jorge Carrascal rememora a aquellos volantes de la década del 90; de buen pie, pausados y con un toque de magia en sus gambetas. Esta fue la pauta que conquistó Belo horizonte.
El 'jogo' bonito del mediocampista de River Plate comenzó.
Esconder, atajar y dominar el balón hizo parte del repertorio en tierras cariocas. El número 8 de River era práctico pero a su vez calidoso cuando el balón 'dormía' en su pies.
Por el costado izquierdo dominó a su antojo al rival. Con enganches que recordaban la estela de leyendas como Neymar y 'Dinho', el volante cafetero engalanaba las gradas del Morumbí.
La noche de Carracal cerró con broche de oro. El juego finalizó sin goles pero el equipo de Gallardo clasificó a la siguiente fase por penales. Será un juego inolvidable para el mediocampista de 21 años.
Pensar que años atrás, en 2016, su carrera estuvo a punto de terminar por una infección en una de sus rodillas. Una lesión en los meniscos por poco escribe un destino sin fútbol para la 'joya' de River y para su barrio Natal en Escallón Villa (Cartagena).
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