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Leyendas del deporte
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Mark Pulisic tiene casi la misma estatura de su hijo, solo que con unas libras de más y unos pelos de menos.
Hoy su vida transcurre Pittsburgh, Pensilvania. Mientras su hijo juega con el Chelsea, él entrena a jugadores menos conocidos -pero igual de profesionales- que están bajo el mando de su amigo y jefe inmediato, Bob Lilley, entrenador del club. Con una historia que se remonta a 1999, el Pittsburgh Riverhounds SC juega de local en la ciudad donde se encuentra ubicado el moderno Museo Andy Warho
Con 52 años, el fútbol siempre ha sido la vida de Mark. Nacido en Long Island, Nueva York, lo jugó en sus días de estudiante en la Universidad George Mason, Virginia, y luego en el Harrisburg Heat, de Pensilvania, en la desaparecida liga de indoor soccer. Hoy sus días transcurren entre los partidos de la USL, los entrenamientos en el Capelli Sports Stadium, casa de los Rhinos, o en las instalaciones del club.
El maestro
Sabe que nunca fue lo suficientemente bueno para llegar al Team USA, pero estuvo muchos años en la liga de fútbol más competitiva de su país, la North American Soccer League, la antecesora de la Major League Soccer. Fue también el primer maestro de Christian Pulisic y lo tuvo en varios equipos infantiles.
Desde esos primeros pasos supo que era diferente. Siempre enfrentaba a rivales dos años y dos cabezas más altos qué él e igual los superaba, como cuando tenía 13 años y ya jugaba para la selección Sub-15 de los Estados Unidos.
Cuando se le pregunta por el secreto de su hijo atina a decir que no solo nació con un físico y una habilidad privilegiados, sino que también tuvo la suerte de contar con dos padres futbolistas que nunca lo presionaron para que siguiera su camino. Eso logró que Christian tomara el camino correcto y se convirtiera en jugador por gusto y no por obligación.
Capitán América
Pero Christian Pulisic no solo es hábil para el fútbol sino para cualquier deporte, incluido el golf. Y además es tremendamente competitivo: siempre quiere ganar. Así, entre habilidad natural, una guía correcta y una mentalidad fuerte, se logró que el alumno superara al maestro (o el hijo al padre) y que Estados Unidos esté viendo el nacimiento de un futbolista que podría superar a Landon Donovan y a Clint Dempsey como referente del fútbol del país.
Mark le escapa a la soberbia y no afirma que su hijo sea la joya del fútbol de Estados Unidos. Apenas atina a reconocer que con él se demuestra que hay mucho talento en el país y que solo hay que saberlo trabajar.
Espera que en el futuro casos como el de Christian se repitan con más frecuencia para que Estados Unidos se convierta al fin en una potencia mundial.
¿Cómo ve a su hijo en unos años? Ante esto Mark se vuelve aún más prudente y, luego de pensarlo mucho afirma -con algo de vergüenza y al mismo tiempo de seguridad- que si su hijo sigue así las posibilidades son infinitas. Lo ve jugando en los mejores equipos del mundo, disputando títulos individuales y colectivos.
El mundo del fútbol es consciente de que Christian Pulisic es un talentoso al que hay que seguir. Dentro de poco será el líder de su selección, el futuro Capitán América.
Texto adaptado de Univisión
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