El maestro de Christian Pulisic
- La 10co
- 9 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 21 may 2021

Es el ‘Niño Maravilla’ del fútbol estadounidense. Con 22 años y 5,8 pies de estatura, dribla rivales en la Premier League y en su selección. Desde su aparición profesional, con apenas 16 años, el nacido en Hershey, Pensilvania, se proyecta para ser el mejor jugador de la historia del país. Lo que pocos saben es que todo empezó desde antes de que naciera, con su padre y también futbolista, Mark, el maestro de Cristian Pulisic
Mark Pulisic tiene casi la misma estatura de su hijo, solo que con unas libras de más y unos pelos de menos.
Hoy su vida transcurre Pittsburgh, Pensilvania. Mientras su hijo juega con el Chelsea, él entrena a jugadores menos conocidos -pero igual de profesionales- que están bajo el mando de su amigo y jefe inmediato, Bob Lilley, entrenador del club. Con una historia que se remonta a 1999, el Pittsburgh Riverhounds SC juega de local en la ciudad donde se encuentra ubicado el moderno Museo Andy Warho
Con 52 años, el fútbol siempre ha sido la vida de Mark. Nacido en Long Island, Nueva York, lo jugó en sus días de estudiante en la Universidad George Mason, Virginia, y luego en el Harrisburg Heat, de Pensilvania, en la desaparecida liga de indoor soccer. Hoy sus días transcurren entre los partidos de la USL, los entrenamientos en el Capelli Sports Stadium, casa de los Rhinos, o en las instalaciones del club.
El maestro
Sabe que nunca fue lo suficientemente bueno para llegar al Team USA, pero estuvo muchos años en la liga de fútbol más competitiva de su país, la North American Soccer League, la antecesora de la Major League Soccer. Fue también el primer maestro de Christian Pulisic y lo tuvo en varios equipos infantiles.
Desde esos primeros pasos supo que era diferente. Siempre enfrentaba a rivales dos años y dos cabezas más altos qué él e igual los superaba, como cuando tenía 13 años y ya jugaba para la selección Sub-15 de los Estados Unidos.
Cuando se le pregunta por el secreto de su hijo atina a decir que no solo nació con un físico y una habilidad privilegiados, sino que también tuvo la suerte de contar con dos padres futbolistas que nunca lo presionaron para que siguiera su camino. Eso logró que Christian tomara el camino correcto y se convirtiera en jugador por gusto y no por obligación.
Capitán América

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