"Cuando empecé en el baloncesto siempre fui el más pequeño de mi equipo. A los 14 tenía un salto terrible para mis lanzamientos, no era lo suficientemente fuerte para lanzar por encima de mi cabeza, y tuve que trabajar en ello durante el verano. Fueron los peores tres meses de mi vida. Pensarás que no tuve que afrontar ningún reto o obstáculo, pero cuando entré a la secundaria no era reconocido. No era un prospecto para la escuela. No tuve a nadie que fuera corriendo a mi puerta, golpeará y me dijera: Por favor, por favor, por favor juega con nosotros nuestra". / Stephen Curry.
El destino marca que aquel niño que batalló incansablemente por mejorar su performance y ser el mejor en el campo, hoy día es el líder los Golden State Warriors y va en camino de su tercer título en serie y su quinta final consecutiva en la NBA.
Con un lanzamiento de triple infalible y un dribbling de ensueño, el base del quinteto de Oakland, quien porta el número 30 en honor a su padre, es el eje de la defensiva y ofensiva, es el líder que marca diferencia dentro y fuera del campo, jugador más valioso de la NBA en dos oportunidades -temporadas 2014/15 - 2015/16-.
La suerte de Curry espera por los Torontos Raptors, el último peldaño por escribir un nuevo camino de oro de los Golden Warriors.
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